Septiembre, día de exámenes.
Ajetreo en la calle...mi bolso y mi carpeta...
Inma me llama la atención desde atrás, me alcanza...
Va que se las pela al penúltimo examen de su carrera.
Son las 8.30.
En chanclas y engominados, exhibiendo modelitos de slip, rayas , cuadros...tirantes... chavales y chavalas, que seguramente hasta ayer mismo dormían hasta mediodia, van aligerando...folios en mano y musitando solos.
Mentes ahora en blanco.
-"Yo también voy de exámenes"...
- Si, claro, Ana...pero tu vas al otro lado de la mesa...
Muy aguda Inma, cuche usté .Viajamos conversando sobre lo inconversable.
Llegada... besos bronceados, repartidos desoyendo los consejos del Ministerio de Salud, y dos buenos abrazos más... dos.
Chiquitos adormilados, pero engominados...despistados de horario... y también en chanclas.
Sensación muy extraña ...me queda poquito en este convento... muchas enhorabuenas recibo por mi supuesto-genial-nuevo-destino... los dueños de los abrazos me guiñan.
Dejo perfecta mi taquilla; no parece la mía.
Reparto suerte... exámenes que miran casi con el mismo excepticismo que en junio.
Unos sin boli...
otras sin tipex...
o sin coletero
pero tintineos de pulseras que no falten...
no me llega el aire...
no me llega el aire...
pues yo estoy helado...
puede hacerse a lapiz?
ah! pero esto entraba!!
Mañana de exámenes, desde el otro lado de la mesa.
Anatorres. Palabras al mar