A nuestra infancia
Un tiempo en que un yogur en la nevera te hacía pensar "quien estará malo?"
... dos fantas se repartían en tres vasos y no pasaba nada
... ¿cuantos me tocan? si veías boquerones fritos para cenar
...no empezabas el pan de hoy hasta que se acababa el curruco de ayer.
... ¿cuantos me tocan? si veías boquerones fritos para cenar
...no empezabas el pan de hoy hasta que se acababa el curruco de ayer.
Cuando la puerta se abría a principios de verano y ya no se cerraba hasta el cole de septiembre, convirtiendo las casas de los vecinos en la prolongación de tu propia casa... con-fusión de ronquidos y hombres en calzoncillos; con carreras de niños de un piso a otro y un patio que era la gloria de viejas haciendo croché y gloria tambien de cualquier torero...
Porque el trapo de limpiar el polvo era el mejor capote y no te faltaban toritos voluntarios...
Y jugar todas las navidades escondiendo, entre las demás figuritas, hierba de atrezzo o corcholina, a la ranita sentada del portal de belén...
o al minúsculo niñitojesús.
o al minúsculo niñitojesús.
- Mamáaaaaaaaaa mira el teeeeeeeteeee!!!! ... y mamá venía con la mano automática y el tete escondía justo en ese momento el grano de arroz , lenteja de turno o salivajo que lucía en el labio...provocando así que las guantás, a la hora de la comida, les llovieran siempre a las mismas....
Pero las mismas se vengaban, cruelmente a veces, aflojando los tornillos niquelados del asiento de las sillas de la salita para que al tete se le enredaran en ellos los pelos de los muslos al intentar levantarse...uysssssss qué dolóooo....
Pero fuimos los amos subiéndonos al hombro un radiocassette Sanyo que vino de Ceuta.
... y los primeros del bloque en ver "vacaciones en el mar" en colores...
... teníamos hasta cine de verano gratis por gentileza del señor Sánchez Ramade...
Y cada domingo , sin faltar uno, campo tocaba, sin chalet, ni parcelas, campo-campo... para ser los dueños de un castillo de cuatro piedras , que defendíamos a base de contraseñas...en Villatirita y los reyes del carril con una bicicleta para cinco. Y arroz a las cinco de la tarde.
Y con la musiquilla del ponche "porque sobereano es , soberano es...es cosa de hombres...carruselllllllll deportivo" ... quince kilómetros de curvas hacia abajo, las mismas que subiste por la mañana, que te repetían en la barriga el arroz tardío, tres, cuatro y hasta cinco niños achuchados en la trasera de un seiscientos, sin cinturón de seguridad , terminábamos el domingo en el "Bar Chino" con dos fantas en tres vasos...
Anatorres. Re-creando momentos