Sé de sus ganas de gritarlo y su necesidad, al tiempo, de esconderlo; de sus momentos de cielo y también de rabia; de sus derroches de pasión y de sus alas cortadas.
Siente ese amor que nada entiende de edades, tiempos, ni situaciones; un amor que reivindica su derecho a vestirse de locura y salir a pasear por los límites de la cordura; su derecho, también, a madurar, enraizarse, y ganar su espacio.
Bella y viva,
amante y amada es;
mariposa fiel y traidora, a la vez;
loca y cuerda,
se siente feliz y... muy feliz.
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Dueña de una dicha valiente, ha derribado, uno a uno, todos los argumentos de mi osada y envidiosa sensatez.
Por eso, hoy, en un día tremendamente especial para ella, vencida y abrazada a nuestra amistad le he regalado todas las divinas letras que ella, me ha inspirado; y Emma, la enamorada, me ha confesado ahora todas las veces que, reconociéndose en ellas, secretamente ha llorado.
Para Emma.
Feliz Día de Amor.
Los sitios de mi recreo