La Buenaventura de la Señá Sant'Ana
Se sienta mi madre delante del pc cuando viene por mi casa, se coloca sus gafas " de ver"...o bien se incrusta en el sillón y me dice ...niña léeme lo último... y es que desde toda la vida el escritor de la familia ha sido mi hermano...por eso se queda mirando la pantalla ... le parece el blog tan bonico que me dice...niña y tú desde cuando escribes estas cosas ?...se emociona cuando recreo momentos de mi infancia... qué buena época aquella.
A ella , maestra de vocación pero sana-envidiosa del don de otros para adornar palabras, le hago un encargo... quiero que me hable sobre el chico de las palomitas... una historia muy entrañable que sacaré en su día....
Que no tiene el cuerpo para escribir, me achaca; pero a regañadientes, acepta.
Y me vino el domingo....con lo pactado y además otra perlita.
He hecho los deberes, Anamari, y te he traído también la Buenaventura a Santa Ana... ponla en tu ordenador que no se pierda.
Ya ni me acuerdo del día en que mi madre, sabedora de mi vena romanticona, de mi apego a los recuerdos y a los afectos, decidió que fuera yo la guardiana y heredera de sus tesorillos -aquella primera foto con su padre, su libros del instituto y hasta el de escolaridad, decenas de tarjetas que le enviaba su novio desde tantos puntitos de España- ... fotos y más fotos...- reliquias todas que hemos ido primorosamente colocando en mis ya incontables cajas de lata.
Rancios folios amarillos los que me trajo; folios que reconozco en mi casa desde siempre; recital directo de la memoria de doña Pepita , amiga de la familia, del Viso de Córdoba, y que en la mano de mi madre hiciéronse texto.
Tengo ahora sobre mi mesa esos folios con olor a polvo sobre polvo... hojas que ya serán perennes en urna de hojalata, pero siendo su deseo...aquí están...
Anatorres. Re-creando momentos
