En Memoria del Tren de Atocha
Mientras trabajan aprovecho y me pongo al día, leo la prensa y las actualizaciones de mis blogs favoritos.
Hoy es 11 de marzo y la memoria es obligada.
Llevo unos minutos muy emocionada y perciben mi mirada perdida en las ventanas que dan a la calle.
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Ocurrió un jueves. Aquel curso de hace seis años, los jueves eran "mi día bueno, el día cortito" : dos clases, viaje de vuelta a casa y visita al mercadillo con las amigas. Era mi plan para esa mañana.
Todos tenemos nuestro plan para el día.
A ellos, que viajaban en el tren de su cotidianeidad, camino a sus obligaciones, a sus devociones , a sus proyectos , a su futuro, la barbarie más asesina, la sinrazón más asquerosa les arrebató, desde buena mañana, su derecho a volver a casa y los planes del resto de sus días.
Ese día todos nos levantamos con un plan impuesto; nos tocaría llorar, rabiar, indignarnos...no entender lo que pasaba.
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Les leo Ecos del blog de mi cuñada Elena... pura sensibilidad que les llega.
Siento que me escuchan con los ojos... prestan ahora más atención que a una clase de gramática francesa.
Eso es bueno.
Se acuerdan de aquel día, pero eran muy crios y aturullados y robándose la palabra unos a otros, quieren intervenir... sólo recuerdan lo anecdótico, amasijos, humo, oscuridad, sangre, gritos y lágrimas ... con todo, guardan en el disco duro de sus cabezas juveniles, imágenes que no olvidarán.
Hablamos de la intolerancia y de la suerte. Hablamos de la impotencia y del desconsuelo... hablamos de
191 últimos marzos,
de 191 últimos besos y últimos abrazos,
191 últimos sueños y proyectos,
de 191 oscuridades...
de brechas en el corazón y heridas incurables.
Suena el tiembre del recreo.
Recreando Momentos