Una historia de amor: César y Anita.
Ella me regala sus recuerdos y sus letras;
Ella me regala sus recuerdos y sus letras;
yo los guardaré toda la vida.
Ni queriendo podría descontarse años. Toda la vida llevo oyéndola decir: "cuando estalló la Guerra del 36 , yo tenía 6 meses".
Allí donde residen sus primeros recuerdos había un patio , una chimenea francesa y unos sillones muy altos. Ni rastro en su memoria de lo que tantas veces había oído contar : la huída atropellada del pueblo.
El éxodo de mujeres, niños y viejos del que nada recuerda; las horas pasadas en brazos de su madre, por esos caminos de Dios que la llevaron desde Villafranca de Córdoba hasta Alborea, en Albacete; ni la más mínima imagen del mantel que cargaba su abuela, que, en ruta, guardaba un par de mudas y de noche, al raso, era extendido en imaginado colchón de plumas para que la niña durmiera.
Le contaron que noche-sí-noche-también, las avionetas sobrevolaban casi rozando las copas de los árboles y que pasaban de largo.
Dianas demasiado blancas las que encontrarían abajo.
María Manuela con dos hijos mozalbetes imberbes aún ,su hija Amalia y su nieta Anita, menudo ejército el que formaban mi bisabuela, mi abuela y mi madre.
Se movieron a pie, en atestados trenes, en desvancijados autobses hasta que el destino les dio cobijo y calor de hogar en casa de Isidoro, su mujer y sus hijos y allí se quedaron a esperar a que el Frente les devolviera al joven Bartolomé, yerno, esposo y padre querido.
Y aquí comienzan los primeros recuerdos de la niña chica : el patio grande, la chimenea francesa, los sillones altos... y el niño, de seis o siete años, que compartía con ella su merienda; que la entretenía con juegos y que le hacía palomitas de maiz en la chimenea ( "yo corría detrás de las saltarinas palomitas y conseguía recoger unas pocas...pero él me daba muchas más" )...compañeros de juegos infantiles, primero.... compañeros de toda una vida, después.
Ella guarda otro recuerdo muy nítido : se ve a sí misma volando a hombros de un muchacho, seguramente su jovenzuelo tio Pedro, : " Amalia corre, que ha venido tu marido". Y Amalia, abandonando en el arroyo los trapos que lavaba, corría a encontrarse con el recién llegado. "Recuerdo una habitación grande, mucha gente y un hombre sentado en un sillón, lo abrazamos todos...luego supe que era mi padre".
1939 Fin de la Guerra y regreso a Córdoba.
Tres años tenía la pequeña Anita.
Y como dos troncos que entremezclan su ramaje, estas dos familias quedaron unidas de por vida... los dos mozalbetes de Mª Manuela, Emilio y Pedro, enamoraron a dos hijas de Isidoro, Enriqueta y María...
La posguerra y la emigración colocó después a los de Albacete en Valencia y los de Villafranca de Córdoba, en Córdoba capital.
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No fue fácil la vida para César...los coletazos de una guerra en la que todo el mundo perdió, privaron al niño de su madre durante más de ocho años...prematuramente perdió a su padre y pasó por casas de hermanas y cuñados, cuidando a sobrinos...ayudando aquí y allá, donde unos brazos jóvenes hicieran falta...
1952.- La niña chica Anita tenía ya 16 años... " César y su madre, como quien devuelve una visita, decidieron hacer un viaje a Córdoba para reencontrarse con nosotros después de tantos años; yo esperaba ver en César a un chaval, pero me encontré con un hombre de 22 años... un moreno guapísimo de habla muy fina, clavadito a Tyrone Power; él, sin embargo, no vio en mí sino a una chiquilla de trenzas y calcetines blancos..."
Pero ese viaje cambió sus vidas...
"no tan niña me vería, cuando antes de marcharse de vuelta a Valencia, pidió permiso a mi padre para escribirme y venir a visitarme de vez en cuando."
Así estuvieron seis años...cartas de ida y vuelta, miles de anécdotas que he oido cientos de veces...enfados por carta, reconciliaciones por carta...postales y más postales...
En 1959 César se instaló en Córdoba, se colocó y compraron su pisito.
Y, siguiendo el juego a los videntes de pacotilla de aquella época que anunciaron que el 4 de febrero del 62 se acabaría el mundo...ellos, esos que fueron una vez una niña chica que corría tras las saltarinas palomitas y el niño de sus primeros juegos... eligieron la hora más torera para desaparecer con el mundo , pero casadosss!!!!
Mis padres hoy hubieran cumplido 48 años de matrimonio.
Ahora toca llamar a mi madre... leerle estas palabras y emocionarnos juntas.
Re-creando Momentos