Todas las entradas de este blog son originales y forman parte de un conjunto mayor que puede leerse visitando:

RE-CREANDO MOMENTOS.

Quedáis invitados.

Y puesto que nada hay más personal e íntimo que los momentos, los pensamientos y el corazón de cada cual...

Me queda expresar mi deseo de que sigan siendo, aunque compartidos, eso mismo, los mios.

No me copies, por favor.


Protected by Copyscape plagiarism checker - duplicate content and unique article detection software.


Gracias por tu visita

Gracias por ser la visita nº contador de visitas

24/12/09

ESTA NOCHE ES NOCHEBUENA Y MAÑANA, NAVIDAD.

Nuestras Nochebuenas

Aprendimos a no ser impacientes.
¿ Cuándo fue ? Seguramente desde aquel año que tuvimos que ofrecer los langostinos y el jamón a aquella intempestiva visita que se presentó a las nueve de la noche a felicitarnos las pascuas... menuda cara de haba mientras los veíamos engullirse los comienzos de nuestra cena.
Esto no nos pasa el año que viene.

La tarde de Nochebuena la pasábamos en la cocina cortando jamón del bueno, queso del bueno, lomo del bueno; abríamos latitas que nos llamaban la atención por extrañas en nuestra despensa el resto del año, colas de langostillos, berberechos, almejas... fui la especialista emplatadora...no se me daba mal ordenar lonchitas. Y las gambas....

La cocina lucía distinta... una mesa auxiliar exhibía esa noche los vasos y los platos de las ocasiones y de "por si viene alguien", reservados más que por "buenos", por ser todos iguales,a juego... la cubertería, idem.
La noche de Nochebuena el hule de diario descansaba en el cajón mientras vestíamos la mesa de ajuar.
No recuerdo rimbombantes pavos ni corderos, ni besugos al horno, ni en definitiva, solemnes platos que precisaran una esmerada elaboración, porque, en ejercicio de sinceridad, digamos que a la Anita poco se le había perdido entre calderos. Pero los ojos de los niños expectantes en la mesa hablaban por sí solos -como ya no hablan-. La ilusión por las cosicas ricas, las visitas de los primos sí que fueron siempre de categoría.

Nunca tuvimos centro floral ni candelabros. Sin embargo, siempre había en nuestra mesa platos muy esperados, facilitos y fuera de lo habitual -... mamá te acuerdas cuando a medidos de noviembre empezabas a preguntar ¿ y esta Nochebuena qué se cena?-

En un tiempo sin mandos a distancia y sin mucho donde escoger en la caja tonta, los cinco cenábamos con el Rey esperando el momento de ir a casa de la tita MariCarmen.
................................

Todo un ritual, abrigos, chaquetones y bufandas, bandeja de dulces , alguna que otra botellita y al coche... durante el trayecto mirábamos a los balcones,a las demás ventanas, colándonos así en las otras Nochebuenas...

El bloque de la tita era un mundo aparte... era la fiesta en toda una escalera... las puertas, todas abiertas, desdibujaban las lindes entre un piso y otro... en un periquete se improvisaba una gran familia.

Nos hinchábamos de bombones y mantecaos, turrones, peladillas y frutos secos...

Dormido pronto esa noche el sentido del ridículo, o hecho desaparecer tras las primeras copichuelas, mayores y pequeños lo bailábamos todo, lo cantábamos todo.

Repetido y repetido todo el repertorio de villancicos, pasábamos a las sevillanas de toda la vida, a las rumbas -para lucimiento de las curvas de la Carmina, que se hacía ladrona por un rato de todas las miradas masculinas- ...los más jóvenes reclamábamos los últimos éxitos de la radio que también se bailaban... para terminar la noche más buena, sin fallar un año, en el badabadú... y en los churrros con chocolate.

Re-creando Momentos